viernes, 15 de junio de 2018

Florentino, Lopetegui y la lealtad


Lealtad: "Sentimiento de respeto y fidelidad a los propios principios morales, a los compromisos establecidos o hacia alguien".

Julen Lopetegui fue presentado ayer como nuevo técnico del Real Madrid. En un acto vergonzoso, con gritos y abucheos de los fans de Florentino celebrado en el palco del Bernabéu, el guipuzcoano se emocíonó y a la vez mostró su cara más dura. Sí, porque habló de lealtad y de humildad. Lo repitió varias veces. Pero esos adjetivos no sabe lo que significan. Los propios filósofos no se ponen de acuerdo sobre a qué cosas o ideas se puede ser leal. Algunos aseguran que se puede ser leal a mucha cosas, mientras que otros subrayan que solo se puede ser leal a otra persona y que ello es una relación estrictamente interpersonal. La lealtad, en definitiva, "es un principio que básicamente consiste en no darle la espalda a determinada persona o grupo social que están unidos por lazos de amistad o por alguna relación social, es decir, el cumplimiento de honor y gratitud".

Visto lo visto, Lopetegui se ha saltado todas sus normas y sobre todo toda su lealtad y humildad para dejar tirado a un grupo que esta noche comienza su participación en el Mundial de Rusia nada menos que ante la campeona de Europa, Portugal. Así de claro. Y se quiere ir de 'rositas', como una víctima, cuando ha sido un verdadero traidor hacia quien le pagaba, la Federación Española de Fútbol; hacia su nuevo presidente, Luis Rubiales -que siguió confiando en él- y, sobre todo, hacia esos jugadores que tanto confiaban en su entrenador. Recordó ayer que habló con el presidente de la Federación. Claro, pero lo que no dijo es que fue para decirle que ya se había comprometido con el club blanco a pesar de haber visto renovado su contrato dos años más. ¿Eso es lealtad?, ¿así entiende este concepto Lopetegui?. Desde luego no le iría mal un repaso por la gramática española (En la foto de Efe, durante la presentación).
Y a su lado, Florentino Pérez, el muñidor de toda la operación, el saboteador, y "otra víctima". Dice que el madridismo debe defenderse de los ataques que está sufriendo en los últimos años. Normal, si vas arrasando con todo. Recriminó la actitud de Rubiales y finalizó asegurando "que todo lo habían hecho bien y que no hay un sólo argumento que justifique que Julen no esté en el debut de España esta noche en Sochi". Y tan pacho concluyó subrayando que "la reacción ha sido desproporcionada e injusta". Vamos, que el Real Madrid había dado un ejemplo de transparencia y de respeto hacia la Selección y hacia la Federación. Ni rastro de culpabilidad.

También dijo que habló con el presidente, sí, pero para decirle que ya estaba todo hecho y que lo iba a publicar. Una vergüenza, una irresponsabilidad y un torpedo a la línea de flotación de la Selección, pero Florentino es un ser superior que está por encima del bien y del mal y no admite lecciones de nadie. No me extraña que al Real Madrid cada día se le quiera menos y se le abuchee más. Sus valores ya no están por los suelos, han descendido a las alcantarillas.

Lealtad, honestidad. Virtudes que Lopetegui remarcó ayer con intensidad pero de las que desconoce su significado. Menos mal que España juega esta noche. El fútbol siempre queda.

jueves, 14 de junio de 2018

Florentino siempre gana


No ha comenzado aún el Mundial 2018 (hoy jueves, 17.00 horas) y ya tenemos el primer incendio en el seno de la Federación. Luis Rubiales, el nuevo presidente de la Federación, destituye al seleccionador, Julen Lopetegui. ¿La causa?. Ya es conocida por todos: su marcha al Real Madrid.

La situación en el seno de la 'roja' no es la mejor, ¡para qué nos vamos a engañar!. Pero en esta ocasión el fuego no proviene de los rivales o de los malos resultados, sino que casi puede calificarse como 'fuego amigo'. Sí, porque quien ha encendido la mecha ha sido -como en muchas ocasiones- Florentino Pérez. Sí, el presidente del Real Madrid ha tirado de chequera y de soberbia, algo ya habitual en sus múltiples actos a lo largo de todos sus años como residente blanco. Para Pérez el fútbol es un negocio y el Real Madrid es suyo. No le importa la selección, ni el Mundial, ni nada de nada. Él sólo se mira al ombligo y lo demás pasa a segundo plano. Pero en esta ocasión hay secundarios que han resultado dañados y cuyo prestigio ha quedado por los suelos.

¿Qué Lopetegui podía entrenar al Madrid?, por supuesto. ¿Qué podía romper su contrato?, de acuerdo. Pero ante todo están las formas y la educación. Y en este caso, que prácticamente podríamos denominarlo como 'el motín de Krasnodar', Pérez se va de rositas y la selección española, la de todos, salta por los aires. Total, diría Floren, "a mi no me importa, ya tengo a mi entrenador y punto". Pero no, las cosas no se hacen así.


Primero, Lopetegui (en la foto de Efe con Rubiales y Hierro tras su renovación) tendría que haber dejado todo en manos de su representante y debería haber emplazado al presidente blanco a negociar con Rubiales. Ese es el camino correcto. No tenemos que irnos muy lejos porque el Madrid acaba de vivir esa experiencia. Quería a Pochettino, que acababa de ampliar su contrato, y le llamó. Pero el técnico dijo que se debía al Tottenham y le remitió a negociar con el presidente de los Spurs. Éste, Daniel Levy, viejo 'zorro' del fútbol, le dio sopas con ondas y le dijo que no hablaba de nada porque el técnico argentino era su hombre. Y punto final. Florentino tuvo que agachar las orejas y batirse en retirada. Siguiente pieza, después de muchas negativas: Lopetegui. Y todos sabemos el resultado: el guipuzcoano accedió y el cielo se agrietó para su futuro y para el de todo un país. Lo lógico, lo razonable, como ya he indicado, era hablar con el presidente. Estoy convencido de que Rubiales hubiera accedido a dejar libre al seleccionador tras el Mundial. Con diálogo se hubiera arreglado todo y punto. Pero no, Florentino tenía prisa por cerrar un asunto que ya le quemaba y era necesario hacerlo público cuanto antes. Llamada de cortesía al presidente de la Federación y se acabó. No atendió a los ruegos de Rubiales, no quiso esperar y hablar. Ya tenía a su entrenador y era hora de informar a los medios de comunicación. La cuenta atrás había concluido, lanzó la bomba, la concentración de la selección saltó por los aires y él, a disfrutar.

La reacción del presidente de la Federación no podía ser otra que destituir de forma fulminante a Lopetegui, del que pensó que le había traicionado a las primeras de cambio (además hay que recordar que el ex seleccionador votó a Larrea en las recientes elecciones) a pesar de haber sido renovado.

Así las cosas, Hierro toma los mandos. Mañana frente a Portugal veremos si el seísmo continúa causando estragos o si los jugadores, los verdaderos protagonistas, consiguen liberarse de la situación derrotando a los chicos de Cristiano. Florentino ya tiene a su técnico, al que presenta esta tarde. Ya está satisfecho. Muchas gracias por tu aportación inestimable. Tú sí que eres el mejor.